El (Insoportable) Estilo Juliana

enero 15, 2019

Antes de que alguien exclame: "¡Si no te gusta su programa, no lo veas, pe!". Hay que aclarar que esta columna trata, precisamente, de porqué no vemos su programa y porqué el "estilo Juliana" nos resulta irritante. Esto a riesgo que sus ultra defensores y acólitos salgan en flamígera defensa de su ídola. Cabe apuntar que el feminismo de la Oxenford, rayano en el feminazismo, genera, en proporción lógica, seguidores con la misma carga fanática que no repararán en denunciar machismo, sexismo, ojeriza, bulling, abuso y otras figuras de ese tipo que supuestamente este redactor acometerá contra su reina y señora. No es el caso.

Un espacio periodístico como "Al Estilo Juliana" (RPPTv, Lu-Vi 11pm, Canal 10 Movistar) con independencia periodística y actualidad de contenidos, en el papel, es necesario en la TV Nacional, tan venida a menos en las últimas décadas. Por ello es un desperdicio que Juliana Oxenford desaproveche dicha oportunidad al no poder controlar su estilo impulsivo, su alharacosa personalidad y su voz estridente en favor de un espacio mejor conducido. Y ello porque Juliana, es heredera directa e hija putativa de Mónica Chang y su modo jadeante de hacer noticia, en el cual el periodista es tan o más protagonista que el hecho, la pregunta obvia dicha en atropello y a todo volumen encarnando al histrionismo televisado. Esa es su síntesis estilística, hermana dilecta y directa de Andrea Llosa, otra lamentable representante del periodismo amarillo y feministoide que supura en las pantallas nacionales. Estas amazonas, en nombre del género femenino, el sexo subvaluado, se arrogan la autoridad para gritonear y acometer contra todo y contra todos, enarbolando la bandera de la libertad de expresión y que nadie puede tocar: "¡Porque soy una mujer!".




Este modo escandaloso que antoja confundir con histerismo, en la calle ya es algo desagradable de ver, pero en un set de televisión, desnuda la exaltación y descontrol de quien lo porta como disfraz de la emoción periodística y la búsqueda de la verdad. Juliana encima al entrevistado y no le permite hablar, eleva el tono de la voz, vomita tautologías y apela al lugar común para que prevalezca siempre su punto de vista (la "verdad" en el estilo Juliana). Utiliza la majadería y la sorna de modo que se interpreten como valentía y arrojo. "¡Yo no le temo al poderoso!", será capaz de confundir. "¡Por qué me tienen miedo y no quieren venir, si yo no muerdo!", ha dicho en más de una ocasión cuando algún invitado declina a sentarse frente a ella para sufrir de su atropello verbal. Y que no sorprenda que aquello ocurra con frecuencia. realmente hay que estar de ánimo para ir con ganas de no enarbolar argumentos sino repetir inútilmente un solo concepto ya que el estilo Juliana se quedó trabado en un sofisma y quedará en él, pertinaz así se queme el set completo. El Estilo Juliana no se retracta, muere en sus trece a todo pulmón y carcajeándose de todos.

«No tendré un argumento sólido
pero grito más fuerte imponiendo mi punto de vista,
quedando de paso frente al televidente
como alguien valeroso, que no es lo mismo que valioso»

Y es que esta terquedad e histrionismo procuran tapar algo que es evidente: su cortedad de información y pobreza argumentativa. No tendré un argumento sólido pero grito más fuerte imponiendo mi punto de vista, quedando de paso frente al televidente como alguien valeroso (que no es lo mismo que valioso). Recordemos que Julianita, mucho antes de pasear sus huesitos por Soho, cuando se iniciaba en el mundo periodístico era reportera de espectáculos, cuya solvencia la resumimos en esta anécdota de la cual lamentablemente no hay imágenes en Youtube. Debió ser a mediados de los 90, Juliana entrevista a Jorge Gonzáles a propósito de un concierto de Los Prisioneros en Lima. Jorge la ve despreocupada, desinformada; así que cuando Juliana le pregunta: "¿Y qué van a tocar?". Jorge aprovecha y responde: "Nuestros temas clásicos: Persiana Americana, Cuando Pase El Temblor, Signos". "Oh, muchas gracias", contesta Juliana dando por terminada la entrevista y quedando como la más tonta de las rubias. Si no te has dado cuenta cuál fue la trampa de Jorge, es que enumeró canciones de Soda Stereo, no de los Prisioneros. Un grande, Jorge. La puso en su exacto sitio.















Pongo el punto final inevitablemente apelando a un argumento ad hominem, pero no me puedo resistir. Por qué no le dijeron a Juliana que el rostro es la nariz, y que si la quieres retocar no te la puedes volar porque, efectivamente, te quedas sin rostro. Entonces tu cara se estructura con un perfil horrorosamente común, el llamado "perfil de cabro", con la nariz formateada de cirugías baratas. ¡Era simpática cuando se parecía a Peggy Bundy! Ahora no se parece a nada, y ello colabora en la molestia de tener que soportarla entrevistando echando mano de alaridos y ladridos. Sí claro, cambio de canal apenas escucho un lugar común o un retrucamiento sobre lo obvio y no puedo continuar viendo. Ese es el Estilo Juliana, lamentablemente, un desperdicio en la pantalla, cuando podría ser una oportunidad de ver algo novedoso o una entrevista ingeniosa. Esperemos que esta crítica la tome por el lado amable. Un poco más de sagacidad en desfavor del protagonismo, un poco menos de volumen en favor de la agudeza; ello no le cae mal a nadie. Pero al parecer, ese no es el "estilo Juliana".

—Javier Llasol

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