The Perfect Life of Zsa Zsa Frayssinet

Tener 26 años, ser hermosa, talentosa y haber nacido dentro de la aristocracia de un país, ya debería ser suficiente para considerar que la vida te ha recibido con una gran sonrisa. Sin embargo, aún se puede ser más feliz cuando además de ser bella, eres carismática; y cuando tu talento no es uno, sino varios.

Y, si la aristocracia que mencionamos es la de un país históricamente gobernado por feudos y oligarquías: el Perú —en el cual su catastrófica ánima racista hace que cualquiera que haya nacido caucásico y que tenga algún apellido que no suene español o mestizo posea automáticamente un pasaporte que abre muchas puertas— entonces estamos hablando de una existencia muy, pero muy privilegiada. Que no se me malentienda, no acuso ni califico a Zsa Zsa de aristocrática, racista o cosa por el estilo, nada más lejano a la verdad, todo lo contrario, puedo decir incluso que adoro a Zsa Zsa Frayssinet y luego pienso, y.. ¡quién no!

La primera vez que la vi fue como actriz invitada en un capítulo de la serie web "Los Cinéfilos". "Oh, por dios!, pensé. "Qué chica tan bonita". No soy aficionado al ballet por lo tanto ignoraba hasta ese momento que Zsa Zsa es bailarina en una compañía de danza (clásica y moderna, seguramente). Luego estrenaron el programa de PlusTv "Check-In" y caí rendido ante su simpatía y belleza. Zsa Zsa transmite y comunica una esencia muy honesta, se le percibe auténtica en todo lo que hace y dice. Eso, para mí, es muy importante. No es impostada como muchos pitucos que intentan acercarse a un público mayoritario siendo condescendientes, no. Ella es simpática por naturaleza, casi podría asegurar que su esencia es diáfana, es así, es una linda persona, sencilla, positiva, buena onda, chévere, causa, buena gente. ¿Alguien no se enamoraría de ella?, pregunto nuevamente.

Y para demostrar que también es inteligente, un botón. Cualquiera podría apostar que una bella chica como Zsa Zsa elegiría como novio a un pepón-sin-cerebro-full-gym, pues no. Seguramente chicos guapos ha tenido y en cantidad, sin embargo Zsa Zsa es novia del actor Manuel Gold, quien no precisamente es un Adonis pero que tiene un talento innegable, no es hueco, y lo ha demostrado muchas veces en Polizontes a través de la broma, cuestionamientos a ciertas conductas o hábitos sociales que aún prevalecen en este villorrio post virreynal; pero además (y aquí está el detalle) también pertenece (aunque él no lo quiera) a la pequeña aristocracia de Lima, capital del Perú. Si asoman por Internet, Facebook o la prensa, se darán cuenta que en la oligarquía limeña todos están emparentados (es muy endogámica). Todos son primos, hermanos, vecinos, tíos, cuñados, amigos, promo, etc, etc. de toda la farándula (en el sentido no-chicha del término) y del empresariado nacional. No es culpa o elección de ellos, seguramente, pero es así. Por lo tanto, la elección de Manuel como novio es brillante: no es un tonto galán, es un tipo con sustancia que seguramente la adora con devoción y que además, es de la misma extracción social. Si eso no es sabiduría entonces, qué es.

Sin embargo, después de admirar a Zsa Zsa Frayssinet Zöllner en su infinita belleza y carisma, siento la bofetada de su existencia. Tendrá que ver otra vez con mis resentimientos sociales, supongo. Porque the perfect life of Zsa Zsa me cae a veces un poquito mal en un país con tantas desigualdades y contrastes. No digo que per se ella sea el arquetipo de algo negativo, o que la sienta menos peruana por estar allí arriba y tenga pecas, o que haya que condenarla porque además de guapa es inteligente y talentosa. No. Mi malestar va más allá, mi malestar es universal y Zsa Zsa me lo recuerda: por qué tanto para unos y tan poco para otros. Ese ha sido mi problema siempre, y en ello Zsa Zsa no tiene nada que ver. Apuesto a que ella seguiría siendo la misma estupenda persona si hubiera nacido en otro cuerpo y en Vitarte, profundamente creo que así sería. No me molesta Zsa Zsa sino lo que representa en un país tan cagado como este.

Y para el colmo de los colmos, ya-no-ya, ¡le pagan por viajar!, que de eso se trata "Check-In", es decir, mandar a dos chicas guapas a distintos lugares de Latinoamérica (por ahora) a que realicen una crónica de viaje. Esto último para mí es una patada en los huevos. Recapiltulando: guapa, aristocrática, inteligente, carismática, baila, actúa (seguramente también escribe, compone y canta), conduce, modela, no fuma, no bebe, no se droga, hace obras de caridad, tiene muchos amigos, es positiva, espiritual, proactiva, emprendedora, amena, interesante, viajera... y le pagan por todo eso. No solamente me enamoro de Zsa Zsa Frayssinet, pensándolo bien, ¡quisiera se ella! O mejor aún, quisiera ser Manuel Gold.

Es un amor Zsa Zsa Frayssinet, de eso no me queda la menor duda. Sólo que a veces, luego de babear al verla pienso: Y si a mí me pagaran por escribir, ver películas y viajar. ¡Putamadre! Esas huevadas no existen.

—Fausto Dovogal

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