El Starchitect Peruano

noviembre 14, 2014


Documento: Libro
Título: El Starchitect Peruano
Autor: Israel Romero Álamo
Año de publicación: 2014
Nº de páginas: 110
Formato: PDF
Idioma: Español
Descargar: http://bit.ly/1qJ5Tg5


¿Para qué sirve la arquitectura en el Perú? O mejor, ¿para qué sirve el arquitecto? Estas son las preguntas que subyacen en el interesante y ameno libro publicado por Israel Romero Álamo, arquitecto chimbotano cuya mediana lejanía de la centralizada urbe del país, le permite ver el bosque un poquito más allá del feo arbolazo que todos los limeñitos tenemos plantados al frente. Si la arquitectura es un oficio que siempre ha acompañado a las élites, se pregunta Israel, ¿quiénes componen nuestro star system de la arquitectura nacional? Y mejor aún, ¿cuál es la fórmula para integrase a él?

Antes que empiecen a levantar la ceja y otra vez etiquetar toda crítica como "envidia" o "resentimiento", hay que hacer el aclare que este libro de Romero Álamo está fundamentado desde el más sólido planteamiento filosófico, y adornado con sentido del humor, urgente para abordar temas que sacan roncha. Se nota además, que es el inicio de una serie de exploraciones críticas hacia el oficio de la arquitectura nacional; así que a pesar de que quieras ser el siguiente Hans Hollein perucho, o peor aún, el futuro Frank Gehry cholo; deberías intentar leer de cabo a rabo este libro y hacer el esfuerzo de captar entre líneas, que allí radica su interesante mensaje.

Todo inicia a partir de la revisión del texto del arquitecto Wiley Ludeña, "Ideas y Arquitectura en el Perú del Siglo XX" (Semsa, 1997) que entre muchas otras cosas —y para hacerla corta— solicita la redefinición de la arquitectura nacional al permanecer esta atascada en el occidentalizado modo de hacer las cosas. En él, históricamente el arquitecto ha sido una especie de semi-dios, un iluminado que aterriza una idea divina y la convierte en muros y espacios recorribles. ¡Oh, gran creador! "Demiurgo" le llama Wiley. Ok, históricamente siempre ha sido así pero, y aquí viene la observación: ante nuestras caóticas ciudades locales y el estado del rol del arquitecto en el Perú, ¿es necesaria la pertinacia en ese designio? ¿No sería mejor redefinir el rol de arquitecto desde las escuelas para atender asuntos que son de obvia urgencia?

Si Wiley aborda el tema desde sus basamentos, Romero Álamo lo hace desde su cúspide. Si continuamos atados a la premisa de que el arquitecto es un ser que busca la trascendencia (llámese éxito, fama, fortuna, millones de metros cuadrados construidos, etc) entonces, ¿quiénes componen nuestro firmamento de la arquitectura nacional? Bajo un simple sistema de variables y lógicas valoraciones, Israel analiza: el libro ConPosiciones (Nómena, 2010), la participación peruana en la Bienal de Venecia (2012), las tres ediciones de las conferencias 10! organizadas por Espacio 24 (2010-2013) y los proyectos nacionales publicados en la web Plataforma Arquitectura (2010-2013). De ese universo y a través del cruce de información, ¡tadá! obtenemos varios nombres según apariciones, formación, currículum, premios obtenidos, conferencias dadas, etc; lo que en nuestro gris cielo representarían las estrellas de la arquitectura local.



Entonces surgen los nombres de Jean Pierre Crousse, Javier Artadi, Juan Carlos Doblado, José Orrego, Rodolgo Cortegana, Patricia Llosa, Manuel de Rivero, Oscar Borasino, David Mutal, Luis Longhi, Cynthia Sienfeld, etc, etc. Y pongo el parche nuevamente ya que bajo el ojo ignorante este análisis se puede tomar a la ligera, no se critica que así sea, tampoco se celebra; simplemente se apunta la validez contextual de dichas consecuciones. Y mejor aún, si quieres ser como tales, Israel propone la fórmula para que logres el cometido (dónde debes estudiar, dónde debes hacer tu postgrado, dónde debes publicar, dónde debes dar conferencias, dónde debes enseñar, etc).

Interesante, jocoso y nutrido libro, El Starchitect Peruano, abundante en datos reveladores. Sin embargo, personalmente advierto un potente mensaje: Si nuestra formación en arquitectura persigue arquetipos occidentales con ceguera y tesón meritorias de otros fines, entonces no nos quejemos de que nuestras ciudades crezcan del modo que crecen, no rajemos cuando advertimos que nuestros perfiles urbanos son un mamarracho entre lo autoconstruido y lo mal construido, no joroben ni hagan asco cuando caigan en cuenta de que el "arquitecto" es un fantasma, un tipo que NO EXISTE en el imaginario popular como partícipe de su crecimiento o planificación, no se sonrojen cuando escuchen a un chibolo decir que estudia arquitectura "porque quiere tener plata", no se quejen cuando frente a sus casitas planten otro horrendo edificio multifamiliar igualito que el horrendo de la otra esquina, no toquen el claxon cuando estén atascados en el tráfico mirando al Westin y mascullando "ciudad de mierda", no pretendan que esta ciudad mejore alguito si antes no se ha mejorado la educación en arquitectura y replanteado sus fines, que este país no necesita Frank Gehrys ni Calatravas, sino profesionales que lo reinterpreten y se adentren en el modo cómo ocupamos el territorio, cómo construimos y sobre todo que mediten seriamente cuál es su rol como arquitectos en esta Calcuta sudamericana.

Por ello me ha sorprendido que el último premio Pitzker lo haya ganado Shiberu Ban, un tío comprometidazo con la vivienda social y temas afines a la solución del habitar mundial. Si la meca occidental parece estar dando un giro hacia los problemas que tiene en las narices, dejando lo escultórico u oneroso en un segundo plano, ojalá que algo de ese espíritu rebote un poquito para acá. Al igual que Israel Romero, considero legímita la persecusión de los fines "trascendentales" y pecuniarios, háganlo, pero que resbale un poquito para su ciudad, esa ciudad de mierda de la que todos nos quejamos.

—Adolfo Arroyo


+Links:

• El Starchitect Peruano en ISSU
http://issuu.com/rlachimenea/docs/el_starchitect_peruano

• Revista de arquitectura La Chimenea, dirigida por Israel Romero Álamo
http://revistalachimenea.blogspot.com/

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