Nymphomaniac Vol.I / Vol.II (2013)
Calificación:
Director: Lars von Trier
Año: 2013
País: Dinamarca/Alemania/Francia/Bélgica
Duración: 118 + 123 min.
Lars von Trier ya me había decepcionado bastante con Melancholia (2011), película que se ahoga en su propia grandilocuencia y que parte de un argumento tremendista que no puede ser sostenido hasta el final y recae en lo absurdo. Exagerada y aburrida película que merecía, para esta ocasión, una reivindicación. Entiendo que a los exquisitos, cultos y vanguardistas les encante Lars von Trier y siempre estén a la orden de alabar todo lo que haga y encontrar explicaciones ocultas en los mínimos guiños de todas sus películas. Es innegable que Lars es un tipo cultivadísimo pero de allí a manipular al espectador con la impostación culturosa, hay un trecho, y mucho más si la película hace agua por todos lados. Confieso que luego de ver los dos capítulos de la nueva entrega de Lars von Trier, sentí que había desperdiciado cuatro horas de mi vida.
En el primer volumen asistimos a la presentación y los primeros polvos de la personaje central, Joe (Stacy Martin / Charlotte Gainsbourg), ella misma se presenta como "el ser humano más despreciable del mundo" simplemente por el hecho de que se folla todo lo que respira sin ningún tipo de miramiento. Follarse a más de diez tipos diarios no debería ser juzgado, por último, no es ni tu coño ni tu culo el que folla. Cuando es juzgado, se le llama promiscuidad, calzón flojo, qué se yo. La película no es clara desde el arranque en su planteamiento moral: si Joe percibe que follar tanto es malo pero siempre lo hizo, ¿eso la convierte en mala? ¿Quién le dijo que follar mucho era malo, la sociedad? Pero luego defiende su condición de ninfómana (como ella misma se autocalifica), entonces nadie la entiende. Allí no más empecé a extrañar las películas picarescas italianas, argentinas, las novelas eróticas; en las cuales el sexo, las orgías, la seducción se manifiestan a modo de celebración, como en La Serie Rosa, por ejemplo. No entiendo por qué Lars Von Trier mete el personaje en un dilema que es moral (pero no), que es psicológico (pero no), que es psiquiátrico (pero no), que es filosófico (pero no). En esta primera parte, además, se escuchan frases peligrosamente cercanas al lugar común (si no es que ya lo son) como: "El siguiente ingrediente del sexo es el amor", o "Después de haberte acostado con todos esos tipos, ¿aún te sentías sola?". ¡Por favor!
Toda la primera parte (y la segunda) esta reventada de comparaciones y paralelos culturosos que van desde la literatura, la música, la botánica, hasta la teología, etc, etc. El personaje de Stellan Skarsgård (que está mucho mejor en Los Vengadores y Thor, ¡ja!) sirve sólo para eso. Entonces asistimos al enunciamiento de diálogos ridículos que sólo pretenden demostrar la erudición de von Trier y nada más. Probablemente la ninfomanía (o adicción al sexo) del personaje sea sólo eso ya que desde el inicio uno la siente hueca, automática. El cuestionamiento posterior del personaje de Joe resulta ridículamente tardío. Es agradable verla tirase a todo el mundo mientras el personaje es joven y bello, incluso uno llega a desear tener una vecina de ese calibre, que se folle a todo el barrio, por turnos y con alegría infinita. ¡Joder! Mucho bla, bla, bla, para tan simple cosa.
Pero si el primer volumen ya era bocado bastante soso y pesado, el segundo volumen es desternillante y absurdo, al menos arranca muchas carcajadas. Apenas empieza nos topamos con que lo más probable es que la extraordinaria ninfomanía de Joe no haya sido por otra cosa que por una experiencia místico-religiosa ocurrida en su infancia en la cual se le aparecían los mismísimos espíritus de Mesalina y Babilonia, dotándola, en un orgasmo metafísico, del poder de un coño inagotable, ¡jajajajaja! Esa parte es tan cómica, ¡y en el mismo inicio!. A partir de allí uno se cree cualquier cosa. Entonces vemos el tránsito de Joe a mujer adulta, la pérdida de su libido, su matrimonio y nacimiento de su hijo (como es archi predecible, estos personajes no son maternales), la renuncia a la vida familiar (para irse a tirar, naturalmente), sino es que ya en el camino de todo lo que describo se ha follado a unos cuantos centenares más de personas. Finalmente, el intento de redención, que cuando está a punto de llegar el personaje rechaza haciendo arenga de su apetito y exclamando que ella es la más libre de todas ¿? Otro momento para la risa. Tanta vaina y cuestionamiento para que al final diga que le gustaron todas las pijas que montó. La palabra bostezo llega a mi mente.
Sin embargo, como la película no puede ser resuelta en su propia fabulación inicial, al final aparece, de la nada, una trama policial-mafiosa. Entonces cambiamos de película, ahora Joe es una extorsionadora profesional que sabe cómo torturar a los hombres debido a que en su vida se ha comido más de un millón de vergas. WTF! Increíble cómo hace agua la película a esas alturas. No puedo creer que en IMDB la hayan calificado con 7.2/10, simplemente no me lo creo. En fin, aparece un personaje final y por supuesto, el personaje de Joe recibe una pequeña golpiza que es su "castigo" por haber sido una mala puta toda su vida. Aunque, lo más coloso es la mismísma escena final: ES LO MÁS RIDÍCULO Y CÓMICO que he visto en los últimos años. Quisiera contarla pero les arruinaría el momento. Tal vez las cuatro horas no se sientan tan desperdiciadas si se enteran de que el final es tan estúpido que no dejarán de reírse por varios días, es más, escribo esto cagándome de risa. Un bodrio total.
El que quiera detenerse en todos los parlamentos versados en música, psicología, literatura, teología, etc, allá él, tal vez por ello la alta calificación en el portal especializado, la gente suele calificar bien algo que no ha entendido (la fábula de la tela que sólo la veían los inteligentes). He visto blogs en los cuales han desmenuzado cada pista musical y los argumentos que sostienen lo que Lars pretende explicar. Otro ejemplo para la risa: se compara a tres amantes paralelos que tuvo Joe con la polifonía de Bach, ¡jajaja! Es un chongo esta película. Cuesta ver a tan buenos actores (Christian Slater, Stellan Skarsgård, Charlotte Gainsbourg, Willem Dafoe, etc) enunciando tanto parlamento absurdo. Sin embargo, las palmas se la lleva la pobre Uma Thurman a quien von Trier le tiene el penoso privilegio de protagonizar una de las escenas más ridículas de la película (Vol. I). ¡Vergüenza ajena sentí! Una lástima, realmente. Probablemente lo único con lo que me quede, sea con la belleza de Stacy Martin quien encarna al personaje de Joe en su juventud.
¡Ah! Y no se vayan a creer que las pijas y coños mostrados pertenecen a los actores mencionados, Lars von Trier mezcló digitalmente los genitales de actores porno a los actores oficiales, para darle más "realismo" a la película. ¡Plop! No pierda su plata yendo al cine o comprando el original de esta peli, descárguela por internet o compre el pirata, y un día que no tenga nada qué hacer, véala.
—Pablo Gachet
No hay comentarios: