Vis a Vis (2015-2019)
Calificación:
Vis a Vis ha llegado al final (febrero 2019) y aquí —sin spoilers— hacemos una breve recomendación a esta serie española que ha ganado una larga legión de fans en todo el mundo (por Netflix se pueden ver las dos primeras temporadas).
La trama patibularia no es desconocida en este mundo de las miniseries (se me ocurren inmediatamente dos: Prision Break y El Marginal). Cada cual con sus propios valores y contextos. Sin embargo, Vis a Vis tiene, desde el arranque, dos aciertos que la diferencian del resto. El primero, que es una serie protagonizada por mujeres y, por lo tanto, la trama, las intrigas y las decisiones de sus personajes juegan mucho con el temperamento femenino, inexplicable muchas veces para el auditorio macho. El segundo, la buena dosis de cruda violencia que gobierna muchos de sus capítulos, sin aspavientos o remilgos; lo cual se agradece en estas épocas en las que todo debe ser políticamente correcto.
Imprescindibles y largamente notables las dos primeras temporadas. Allí conocemos a Macarena Ferreiro (una formidable y exquisita Maggie Civantos), una buena chica a quien las desventuras y malas decisiones la terminan por hundir en la prisión. Este relato de iniciación, adaptación y empoderamiento de Macarena es el que captura inmediatamente. El personaje va abandonando el candor y la torpeza, por el cálculo y la rudeza; en una trama que sádicamente la lleva por mil penurias y situaciones traumáticas, y en la cual —con desparpajo— abundan tópicos como el lesbianismo, la corrupción, el abuso, la tortura, la violación, etc. De modo paralelo, observamos el crecimiento del personaje antagonista Zulema Zahir (impecable Najwa Nimri) quien se va afianzando en la historia de modo que muchas veces se roba por entero el show.
Tal vez por ello y ante la circunstancia de que Maggie Civantos tuvo que dejar la serie por motivos de trabajo, es Najwa Nimri quien se echa al hombro el peso de toda la serie. Los guionistas vieron en ella una oportunidad, barajaron la ausencia de Macarena, y la tercera y cuarta temporada giran en torno al personaje de Zulema. Lo hizo tan bien que la falta de Macarena fue paliada en buena medida (aunque lo Macalovers siempre la extrañamos). Además, incrementaron la dosis de sordidez y sadismo, cuestión con la que muchos estuvimos agradecidos. Por lo mismo se esperaba un final de serie muy rociado de sangre y violencia, pero no fue así. Se decidió por la redención en lugar del crimen, no estuvo mal tampoco, pero para muchos el desenlace mereció estar en una nota más alta. El regreso de Macarena, que causó tanta expectativa, fue diluido por dicha moderación final. En los capítulos de cierre, muchos personajes ya habían caído en la caricatura (Sandoval, por ejemplo); y el colofón hay que tomarlo con buen humor y sin apasionamientos, aunque ha dejado sedienta a mucha gente.
La valoración final es muy buena. A Maggie Civantos la seguiremos hasta el infierno. Y a Najwa Nimri, hasta el cielo. Otros personajes notables que hay que hacer mención: Saray (Alba Flores), muy en tono con su personaje en La Casa de Papel, nos gustaría verla en otra clave. Carlos Sandoval (Ramiro Blas) pérfido al inicio, pero caricaturezco al final. Teresa González (Marta Aledo), desagradable drogadicta que luego se roba el corazón de la audiencia. Estefanía “Rizos” (Berta Vásquez), vesánico y lúbrico personaje quien mereció mayor protagonismo. En general, un reparto muy competente y que es lo que más se extrañará de esta buena serie. Faltó redondearla con mayor acierto.
+Bonus: Cecilia Krull - Agnus dei (Vis a Vis) Letra español
Vis a Vis ha llegado al final (febrero 2019) y aquí —sin spoilers— hacemos una breve recomendación a esta serie española que ha ganado una larga legión de fans en todo el mundo (por Netflix se pueden ver las dos primeras temporadas).
La trama patibularia no es desconocida en este mundo de las miniseries (se me ocurren inmediatamente dos: Prision Break y El Marginal). Cada cual con sus propios valores y contextos. Sin embargo, Vis a Vis tiene, desde el arranque, dos aciertos que la diferencian del resto. El primero, que es una serie protagonizada por mujeres y, por lo tanto, la trama, las intrigas y las decisiones de sus personajes juegan mucho con el temperamento femenino, inexplicable muchas veces para el auditorio macho. El segundo, la buena dosis de cruda violencia que gobierna muchos de sus capítulos, sin aspavientos o remilgos; lo cual se agradece en estas épocas en las que todo debe ser políticamente correcto.
Imprescindibles y largamente notables las dos primeras temporadas. Allí conocemos a Macarena Ferreiro (una formidable y exquisita Maggie Civantos), una buena chica a quien las desventuras y malas decisiones la terminan por hundir en la prisión. Este relato de iniciación, adaptación y empoderamiento de Macarena es el que captura inmediatamente. El personaje va abandonando el candor y la torpeza, por el cálculo y la rudeza; en una trama que sádicamente la lleva por mil penurias y situaciones traumáticas, y en la cual —con desparpajo— abundan tópicos como el lesbianismo, la corrupción, el abuso, la tortura, la violación, etc. De modo paralelo, observamos el crecimiento del personaje antagonista Zulema Zahir (impecable Najwa Nimri) quien se va afianzando en la historia de modo que muchas veces se roba por entero el show.
Tal vez por ello y ante la circunstancia de que Maggie Civantos tuvo que dejar la serie por motivos de trabajo, es Najwa Nimri quien se echa al hombro el peso de toda la serie. Los guionistas vieron en ella una oportunidad, barajaron la ausencia de Macarena, y la tercera y cuarta temporada giran en torno al personaje de Zulema. Lo hizo tan bien que la falta de Macarena fue paliada en buena medida (aunque lo Macalovers siempre la extrañamos). Además, incrementaron la dosis de sordidez y sadismo, cuestión con la que muchos estuvimos agradecidos. Por lo mismo se esperaba un final de serie muy rociado de sangre y violencia, pero no fue así. Se decidió por la redención en lugar del crimen, no estuvo mal tampoco, pero para muchos el desenlace mereció estar en una nota más alta. El regreso de Macarena, que causó tanta expectativa, fue diluido por dicha moderación final. En los capítulos de cierre, muchos personajes ya habían caído en la caricatura (Sandoval, por ejemplo); y el colofón hay que tomarlo con buen humor y sin apasionamientos, aunque ha dejado sedienta a mucha gente.
La valoración final es muy buena. A Maggie Civantos la seguiremos hasta el infierno. Y a Najwa Nimri, hasta el cielo. Otros personajes notables que hay que hacer mención: Saray (Alba Flores), muy en tono con su personaje en La Casa de Papel, nos gustaría verla en otra clave. Carlos Sandoval (Ramiro Blas) pérfido al inicio, pero caricaturezco al final. Teresa González (Marta Aledo), desagradable drogadicta que luego se roba el corazón de la audiencia. Estefanía “Rizos” (Berta Vásquez), vesánico y lúbrico personaje quien mereció mayor protagonismo. En general, un reparto muy competente y que es lo que más se extrañará de esta buena serie. Faltó redondearla con mayor acierto.
—Pablo Gachet
+Bonus: Cecilia Krull - Agnus dei (Vis a Vis) Letra español
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