The Equalizer (2014)

Calificación: 3.5/5
Director: Antoine Fuqua
Título original: The Equalizer
Título en español: El Protector
Año: 2014
País: EEUU
Género: Suspenso/Acción
Duración: 132 min.

Dos cuestiones me motivan a hacer comentario sobre esta película. Primero, que es dirigida por Antoine Fuqua de quien he visto "Training Day" (2001) y "Brooklyn's Finest" (2010); y segundo, la presencia de Denzel Washington y Chloë Grace Moretz, actores de los cuales soy seguidor por motivos diversos (digamos que la belleza de la Moretz es magnífica excusa para animarse a ver un filme). Ignoraba que en los 80 hubo una serie de TV con el mismo personaje protagonista, Robert McCall, especie de súper agente que vive anónimamente ocultando su pasado a los demás, encarnado ahora por Washington.

La trama es harto conocida: la del vengador anónimo, el vigilante urbano que hace justicia por propia mano ante las atrocidades delictivas que ve cometer a su alrededor. Sin embargo esta vez he sentido que Fuqua da una vuelta de tuerca en el desenlace argumental de sus antihéroes, quienes en sus anteriores filmes caían presa de la realidad, el fracaso, la desolación o la muerte. Esta vez Fuqua se anima a llegar hasta el final, a pesar de que los últimos minutos puedan parecer irreales, artificiosos o muy cantados; y por contradictorio que suene, me ha gustado ese ánimo de finalizar el argumento en tono triunfal esquivando apenas el happy ending.

Robert McCall (Denzel) aparenta ser un tipo ordinario, trabajador en un retail ferretero quien noche a noche visita el mismo café, sitio en el cual se va relacionando distantemente con Teri (la bella Moretz), una joven prostituta que encarna el personaje arquetípico de la puta buena que quisiera liberarse del mundo en el que se ve opresa pero, por supuesto, no puede. Una golpiza de la que es víctima hace que McCall se involucre, chocando directamente con la mafia rusa y desencadenando una serie de violentos acontecimientos que empeoran cada vez más. La relación que se establece entre McCall y Teri, apenas dibujada en unos pocos eventos previos al estallido violento, resulta válida y certera, mérito de ambos actores quienes están muy bien definiendo la empatía mutua y enunciando sus diálogos de modo que el afecto incipiente es palpable y natural. Al parecer McCall vive obsesionado con la medición del tiempo y la hiper observación de su entorno inmediato, manías que uno intuye han quedado de ese pasado que esconde. Nunca se especifica con precisión a qué fuerza o agencia pertenecía, lo que queda claro es que fue para el gobierno quienes incluso lo creían muerto y se sorprenden al verlo aparecer cuando McCall acude a ellos por información sobre los rusos a quienes está enfrentando.

El despliegue de violencia está bastante logrado, a lo Hollywood pero logrado al fin. El antagonista, uno de los generales de la mafia rusa que llega a EEUU para hacerse cargo del "problema" McCall, encarnado por Marton Csokas; resulta un oponente a la altura, y las varias confrontaciones que entre ellos suceden llegan a emocionar y causar interés. Tal vez el asunto se deforma un poco a medida que las acciones de McCall pasan a extraordinarias, diezmando el solito a hordas enteras de rusos malos, pero bueno, se supone que se trata de un súper agente que no le teme a nada, y que a pesar de estar retirado y cincuentón aún conserva la energía para medirse con el más pintado sin temor alguno. Cuando el personaje de Chloë Grace Moretz desaparece del filme en la segunda parte producto de la golpiza, se pierde un poco la motivación de McCall, se automatizan un poco sus acciones al punto de parecer una venganza sin sentido, pero ya sabemos que el buen Denzel puede hacer creíbles a quienes encarna sin problema alguno y esta no es la excepción.

En líneas generales es una película de acción muy amena, con un final estruendoso que tal vez no haya sido necesario pero que yo celebro. Las escenas de combate físico y el ingenio en el exterminio de los rusos malosos es digno de destacarse. La peli no llega a la profundidad psicológica de Training Day o la sordidez de Brooklyn's Finest pero demuestra una vez más el talento de Fuqua para los temas policiales o mafiosos. El final, un poco edulcorado no deja mal sabor y por el contrario, hace exclamar: "¡Al fin Fuqua deja vivo a alguien!".

—Pablo Gachet


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